Calor, árboles, riego y otras cosas del montón.
Sequía, terral, vientos del desierto, tormentas de verano, días y días de sol continuo e implacable que amartilla la Costa del Sol, y puede pasar factura tanto a nuestro jardín como a los árboles que compartan espacio en él o en los alrededores de la comunidad.
La necesidad de agua siempre está ahí pero además se le suma que cuidar de que el calor no afecte demasiado a las especies que tenemos es algo que debemos planificar. De ahí que una empresa de jardinería profesional en Marbella que conozca toda la zona sea capaz de conocer y planificar las acciones que necesita para cuidar de todas esas especies y tener en cuenta qué acciones llevar a cabo según el momento determinado y los días que se hayan sucedido en el verano.
Uno de los aspectos a tener en cuenta es la edad de las plantas, por ejemplo de los arbustos. Algunos de ellos con menos de dos años de edad es posible que no hayan desarrollado totalmente las raíces en profundidad para alcanzar el agua, teniendo en cuenta además que supervisarlos requiere de un amplio conocimiento de las especies. Para incluir este aspecto en nuestra planificación es un recurso conocido el hacer agujeros al pie de los arbustos, donde podremos, al abrir la zona superior del mantillo del suelo, que el agua llegue mejor hasta las raíces, limpiando además el área para evitar que las malas hierbas se queden con agua destinada a nuestros arbustos.
El riego tiene que ser adecuado a cada especie. Algunas nos puede pedir de dos a tres riegos a la semana mientras que otros como los más jóvenes serán regados con cuidado para vigilar su asimilación de agua y que no tenga demasiada humedad y evitar la putrefacción de las raíces.
Para aplacar el impacto del sol en estas especies intentaremos protegerlos con una capa de mantillo protector que llegan directamente contra el suelo. Eso ayuda a que el agua no se evapore con tanta facilidad y que las malas hierbas lo tengan más difícil para prosperar.
Para los frutales es esencial regar regularmente y disponer una zona alrededor del árbol donde llegue mejor el agua. Si estamos en sequía los árboles necesitarán un poco de más ayuda tanto en forma de agua como también añadiendo una capa de mantillo que proteja el árbol; esto nos dará después una generosa producción de frutos.
Árboles como los manzanos, peras, melocotoneros y los frutos rojos son los que más agua piden mientras que los que ciruelos, albaricoques, nísperos o higueras piden menos agua.
Orientando bien el riego permitirá que las especies aguanten mucho mejor el tiempo seco y lleguen al Otoño fuertes y bien cuidadas.