El jardín japonés es un jardín cerrado, recluido sobre si mismo. Los espacios suelen encontrarse aislados del exterior con el fin de producir serenidad, relajación y calma. Los cerramientos se realizan con materiales naturales, como bambú, o cercos vivos, membrillo de jardín entre otros. En un jardín japonés, un concepto primordial es el de sacar elementos innecesarios, lo que hará que el jardín se potencie sustancialmente.
El estilo de los jardines japoneses, apaisado, data del siglo XI, su registro primario es el tratado denominado Sakuteiki. Se escribe en este tratado en reiteradas oportunidades la necesidad de colocar las cosas “en su sitio apropiado”.
El problema del jardín japonés es acondicionar un espacio poco soleado en un jardín tranquilo y que requiera poco mantenimiento.
La solución es un interpretación bastante fiel a las técnicas del este tipo de diseño. Se puede diseñar sobre una superficie muy pequeña. La orientación mas recomendable es la nordeste o al este.
No se puede olvidar de que el agua siempre esta presente en el jardín japonés en forma de estanque o de simples deposito tallado en la piedra. Las rocas son un elemento primordial, tienen la función de simbolizar principalmente islas o montañas. La arena simboliza al agua, si se encuentra rastrillada, simulando pequeñas olas.
Un hecho destacado de la cultura japonesa es la poda de arbustos con el fin de presentar un espacio que tenga orden y equilibrio.
La sonoridad de una cascada contrasta con el silencio. Este último es necesario para crear la atmósfera necesaria para serenar la mente y lograr la meditación profunda.
Las Toro o Ishi-doro (linternas de piedra) eran originariamente de metal y servían simplemente para iluminación exterior de templos y monasterios. Luego se comenzaron a fabricar en piedra para poder ser usadas en los jardines.
Los puentes constituyen símbolos. Los muy curvo y en su concepción sumamente difícil de atravesar, son conocido Puente de Dios, que representa el camino al paraíso.
Los senderos se usan para dirigir los pasos del visitante a un lugar determinado donde cierta forma vegetal, acuática, o una roca se presentan súbitamente a su mirada. O se ubica una piedra que actúa como una forzada detención, lo que permite realizar una pausa destinada a la meditación.