El diseñador de jardines: el compositor de nuestra sinfonía verde
Existe dentro del mundo de la jardinería una serie de especializaciones que divergen en cuanto a sus funciones y su trabajo. Una de esas figuras es la del diseñador de jardines. Esta figura va más allá del cambiar una maceta de sitio y decir que es más cool, o que insiste en cambiar la variedad de césped. Un verdadero diseñador de jardines es un profesional capaz de organizar en un espacio baldío un lugar que recuerde a los jardines de Babilonia.
Es alguien que en primer lugar, antes de juzgar lo que ve, realizará una consultoría, inquiriendo al cliente qué es lo que quiere, qué expectativas tiene, para trabajar luego en torno a ello. Antes de volcar la primera semilla, realizará bocetos, estudiará la luz, la temperatura, el emplazamiento, la humedad del suelo, los vientos que suelen cruzar por esa zona que será el futuro jardín y el espacio disponible, para sacar el máximo partido, para proponer una solución estética que suponga además de un jardín un placer para la vista.
Y es que el diseñador de jardines es capaz de coordinar esfuerzos, a otros profesionales, proveedores y especialistas que llevarán a cabo las distintas partes del proyecto bajo una supervisión estricta para realizar desde la siembra a la construcción de las partes que requieran obra, con los criterios de exigencia que un experto como el diseñador puede demandar para que el proyecto quede mejor que en los planos ofrecidos al cliente.
Todo ello siempre adaptándose en la medida de lo posible al presupuesto que el cliente estime de que dispone, y en función de los requerimientos del proyecto en sí.
Un diseñador de jardines es el equivalente a un compositor y director de orquesta que crea una sinfonía visual de espacio, plantas y superficies para el deleite de aquellos que los contratan. Si tiene alguna duda o consulta sobre el diseño de jardines, contacte con nosotros.